jueves, 21 de abril de 2011

Durante el hipotiroidismo



Mi recuperación ha seguido muy bien, la cicatriz que me quedó producto de la tiroidectomía en la base del cuello es muy chica y cada día se atenúa más, gracias a consejos de la Dra. Campusano; masajes y reforzamiento con varias capas de cinta micropore, que cambio día por medio.

Luego de que el resultado de la biopsia confirmara un carcinoma papilar de variedad folicular, bien delimitado dentro del tejido tiroideo pero no encapsulado;  me encuentro en el proceso de espera de poder recibir el tratamiento de yodo radiactivo, que eliminará las células cancerosas que puedan quedar después de haber extirpado la glándula tiroides.

Me explica la Dra. Campusano, que la razón principal de que este tipo de cáncer tenga tan buen pronóstico, es porque el yodo radiactivo tiene la capacidad de buscar y detectar las células tiroideas remanentes, destruirlas y no provocar ningún otro daño a los tejidos del cuerpo.

Al encontrarme ya sin tiroides, en forma natural se va produciendo en mi cuerpo un hipotiroidismo al haber alta circulación de hormona estimulante de la tiroides (TSH), que estimulará a las células cancerosas que queden, a estar ávidas de yodo que circula en la sangre, y así estar muy bien preparadas a recibir la terapia yodo radiactiva que las destruirá.

Además desde hace un par de semanas estoy consumiendo una dieta muy baja en yodo (ojalá el mínimo posible), habiendo suprimido sal yodada, lácteos y derivados, pescados y mariscos, y colorantes de color rojo (todo lo recomendado por el médico nuclear), en forma estricta.  Todo esto es a veces muy frustrante, pero estoy segura de que hará que el tratamiento sea muy efectivo.

También estoy sintiendo algunos efectos del hipotiroidismo, como cansancio y dolores musculares sin razón aparente.
Mi ánimo se encuentra normal pero mi cuerpo no responde en forma proporcional, así que a veces es muy confuso y difícil de explicar y entender.
Nada parece estar mal en mí, sin embargo no me siento bien.
Afortunadamente, estos síntomas sólo son temporales y luego de completar el tratamiento radiactivo y corregir los niveles de mis hormonas, todo volverá a la normalidad y me sentiré bien.

La próxima semana está planificado mi tratamiento y ahí iré describiendo mis nuevas experiencias.

Por ahora a practicar la paciencia...


domingo, 17 de abril de 2011

Desde el principio

Voy a tratar de dar inicio a este blog, que no es fácil.

¿Porqué lo escribo?  Para ayudarme con la memoria, para compartir mis experiencias, para desahogar mis sentimientos, para ordenar mis ideas; en fin, hay siempre muchas y ninguna razón.
Principalmente, porque estoy en un período donde no hay muchas referencias; siempre muchas generales, pero nunca una más específica.  A lo mejor, hasta le puede servir después a alguien que tenga que pasar por lo mismo y sus preguntas (que son tantas) que todavía no han tenido respuestas.
Los médicos siempre están apurados, son gentiles cuando contestan las preguntas, pero respuestas generan más preguntas y así una reacción en cadena y conmigo necesitarían mucho tiempo, porque siempre tengo interés en saber un poco más.
No faltan los que me preguntan, ¿para qué quieres saber tanto? Para mi la respuesta es simple; mientras más información tenga, tengo más posibilidades de saber qué me espera y eso me da tranquilidad.  Lo desconocido por lo general me crea incertidumbre y me siento más segura cuando tengo cubiertas todas las áreas que me preocupan.  Aclarando esto, comienzo.

Mi nombre es Claudia, tengo 48 años, soy mamá de cinco, esposa y vivo en Santiago de Chile.
Parte esta aventura este verano recién pasado durante las vacaciones de verano en la playa; en enero de 2011 en Cachagua.
Un día noto que tengo algo así como una vena hinchada en mi cuello y me inquieto.  Me saco una foto con mi iPhone y se la mando a Santiago a mi hija Ignacia (que está en 7mo año de Medicina en la Universidad Católica) para ver si le parece raro.  Me dice que cuando llegue a la playa (porque estamos de vacaciones), durante el fin de semana se fijará.
Llega ese fin de semana junto a su pololo, Pablo y le pido me mire el cuello.  Ellos se ríen porque no hay nada de raro en mi preocupación, pero sí me ofrece revisar mi cuello bien porque nunca nadie me ha palpado el cuello y la tiroides.  Me revisa y luego le dice a la Ignacia que haga lo mismo.  Comparten opiniones y ella me dice, "Mamá, yo palpo un nódulo de más o menos 1 cm., esto es importante que te lo estudies cuando vuelvas a Santiago."  Yo nunca he tenido problemas con mi tiroides pero hago una nota mental para revisarlo.

Apenas llego a Santiago, ella me manda a hacer una ecotomografía de tiroides para revisar bien el área.
Efectivamente aparece un nódulo exacto del tamaño que ellos me han dicho, y ella considera que para ahorrar tiempo (los médicos o futuros médicos siempre quieren ahorrar tiempo), podemos contactar a un doctor conocido nuestro, Mauricio Camus, oncólogo UC que se especializa en cuello y mamas.  El me ve rápidamente y me recomienda hacerme una biopsia del nódulo porque aunque no es grande, es de un tamaño que merece ser chequeado.

Tenemos que esperar a los primeros días de Marzo, porque todos salen de vacaciones, personal de laboratorio y la especialista recomendada que realizará la punción.  Durante las ecografías, se puede ver que el nódulo no tiene sólo apariencia de ser coloide (tipo común o benigno), así que con mayor razón hay que seguir estudiando.

Una vez realizada la punción, con mucha precisión y delicadeza, por la Dra. Claudia Campusano, endocrinóloga UC, también me comenta la posibilidad de que no sea un nódulo coloide por distintas características que se pueden detectar durante el exámen clínico, ecografía y la punción.

Una semana después ya tenemos el resultado que confirma las sospechas.  Yo, que pensaba estar preparada, igual recibo un golpe fuerte cuando me comunican el resultado.  Hay presencia de células de carcinoma papilar que habrá que confirmar con una tiroidectomía total.  Son días muy difíciles para mí, porque la palabra cáncer siempre es difícil de pronunciar, sobre todo cuando se trata de una misma. Siempre sabemos que el cáncer nos ronda a todos;  son tantos los casos de familiares, amigos y conocidos que lo sufren o lo han padecido que creemos que estamos acostumbrados al término, pero pega muy fuerte cuando somos nosotros o nuestra familia cercana.

Se programa mi cirugía para el día 28 de marzo, en la Clínica San Carlos de Apoquindo.  El cirujano será el doctor Mauricio Camus y lo asistirán el doctor Ignacio Goñi y el doctor Nicolás Droppelmann, tres médicos de primer nivel, me siento tremendamente afortunada y tranquila.

Todo resulta muy bien y la recuperación va de acuerdo a lo planeado sin complicaciones, con algunos problemas de ronquera, que son normales después de la manipulación en el área tiroidea.  Mis glándulas paratiroideas quedan intactas, demostrándose porque mis niveles de calcio permanecen normales, complicación más frecuente durante este procedimiento.

Ahora solo queda prepararse para el tratamiento o terapia, luego del resultado de la biopsia (luego de la extracción de la glándula tiroides), de la cuál explicaré más en mi próxima entrada.